El Naturmobile es un vehículo ecológico diseñado por el iraní Abdolhadi Mirhejazi que es movido por únicamente un caballo, el que trota en la cinta ubicada en el interior del auto. Está concebido para viajar en carreteras pavimentadas, con muy pocos baches, y puede desplazarse a una velocidad media de 20 km/h, aunque puede llegar a una punta máxima de 80 km/h, unos ratios impresionantes teniendo en cuenta que es un coche de un caballo de potencia.
Muchos se preguntarán cuánto amor por los animales esconde el inventor iraní, ya que el caballo corriendo en el exterior, a la manera tradicional, iría más fresquito en los veranos persas. Pero es que el caballo no mueve las ruedas directamente; lo que hace con su trote cochinero sobre la cinta de rodillos es alimentar constantemente una batería eléctrica, que es la que mantiene el coche en marcha.
Mirhejazi, no se crean, también ha pensado en el bienestar del animal. Realmente pasó mucho tiempo considerando “varios tipos de tecnologías para lograr la comodidad del caballo”. Para ello utiliza una especie de manta de agua refrigerante para mantener fresco el motor, mientras que las emisiones de carbono sólido se recogen en una bolsa de colostomía extra-grande. De los olores dentro de este invernadero con ruedas, ni palabra.
Pero además de puñetero, el concepto también es peligroso. Y es que debido a la escasa separación entre el caballo y el conductor, un frenazo puede terminar con el humano estampado como un sello contra el parabrisas.
El Naturmobile todavía no está pantentado, pero Abdolhadi Mirhejazi pronto comenzará un Tour alrededor del mundo mostrando su vehículo especial, un caballo ganador para el mundo de la publicidad como forma alternativa de promoción de productos y servicios.
Si desea hacer suya la patente de esta invención libre de crueldad y de emisiones de gases, además de 100.000 dólares para empezar con buen trote el camino hacía el éxito, todo lo que tienes que hacer es escribir a Fleethorse y decir qué le parece la idea. Así entrará a formar parte del concurso donde Abdolhadi elegirá al dueño de su invento y, encima, se lo financiará, naciendo así “el elegido” para comercializarlo y cambiar el mundo (publicitario) tal y cómo lo conocemos.
Y si tiene éxito, el diseñador ya tiene en el disparadero el modelo autobús turístico de dos pisos, que podría ser movido por cuatro caballos, como las diligencias.
Posibilidades de comercialización: 1%, contando que el diseñador se quede con la unidad de prueba como recuerdo.