Esta máquina es rápida y furiosa. Ruge como un león y no es para los pusilánimes. Es la emoción de la adrenalina lo que la alimenta.El mecánico neozelandés Rudy Heeman es un hombre constante en sus aspiraciones. Por eso le ha llevado cerca de una década crear su WIG, acrónimo de “wing in ground effective vehicle”. Se trata de un hovercraft tradicional, como el que conducía Don Johnson en “Miami Vice”, pero con la salvedad que cuando llega a los 70km/h es capaz de levantar sus alas para volar.
Durante la década que le ha llevado plasmar su idea, Rudy Heeman aprendió la técnica del laminado de fibra de vidrio, lo que unido a su gusto por la modificación de los motores de automóviles llevó a dotar a su obra de una aeronáutica básica que le permite conducir el vehículo por tierra, agua y aire.
Algunas de las piezas utilizadas para crear su aerodeslizador volador son artículos que todos tenemos en casa, incluyendo “una botella de gas de edad de una barbacoa”. Las alas son desmontables, una característica primordial para el transporte del hovercraft en seco. La nave puede alcanzar más de 100km/hr con un motor de 1.8 litrosde gasolina, logrando una autonomía de 225 kilómetros a una velocidad de cruceros de 90km/h.
El vehículo está pensado para convertirse en una forma eficiente de transporte para gente como los agricultores. Aunque viendo las sensaciones que ofrece, seguro que acaba como en una divertida forma de deporte de aventura. Según sus informes, el vehículo no necesita una licencia de vuelo ya que las autoridades neozelandesas se han puesto de acuerdo para clasificar el vehículo como una nave terreste-marina.
El Sr. Heeman está tratando de vender su “hovercraft volador” en el sitio web trademe.co.nz y la oferta más alta actualmente es 26.400 dólares neozelandeses (13.294 €), una minucia para cualquier amante de las emociones fuertes y del vuelo en planeadores. Y se puede llevar de paquete a la chica de turno, para dejar de piedra a todos cuando se pase volando por encima de los yates en Ibiza.
La venta incluye una clase de conducción, las instrucciones de montaje y un certificado que exonera de responsabilidad al autor, que debe ser firmado en la camioneta antes de bajar el equipo del remolque. La venta no incluye tampoco los derechos de autor, propiedad intelectual, moldes, etc…todos propiedad de Rudy Heeman, que no se ha tirado 10 años para que venga otro y se los quite volando.
Posibilidades de comercialización: 100%, si se monta una periodista y sale viva de la experiencia, la prueba de fuego está pasada.
Fuente trademe.co.nz
Vía Sky News