Desarrollado para el Studio ADR de Italia, y con firma de Antonio Da Rosa (que no tiene nada que ver con el folclórico de mismo apellido), este iWatch es la enésima concepción de un reloj de Apple con vistas a un futuro donde los gizmos personales tendrán un muelle en torno a la muñeca.
El iWatch de Da Rosa no es el primero ni, mucho menos, será el último intento de desentrañar el futuro del reloj de pulsera; pero es un buen ejemplo de cómo la evolución de estas concepciones han ido parejas al cambio generacional que los de Cupertino dan a sus productos icónicos.
Este último reloj de Apple cuenta con un cuerpo de aluminio, soporte WiFi y Bluetooth y vendrá (si viniera en esta temporada) con 16 GB de memoria interna. El concepto integra RSS Reader, sistema de previsión del tiempo y, posiblemente, se conecta al iPhone / IPAD a través de Bluetooth o WiFi.
También cuenta con un pico-proyector LCD para mostrar y compartir fotos desde cualquier dispositivo y en cualquier lugar; o para iluminar la cerradura cuando estamos en el descansillo a oscuras, como aquellos antiguos relojes asiáticos con lamparilla salvadora.
Como han cambiado las cosas desde aquellos primeros iWatchs del Jurásico del iPod, donde el reloj era precisamente eso, un iPod con correa. Con la miniaturización del dispositivo estrella el iWatch también se hizo más pequeño, con el fin de conquistar las hipotéticas muñecas de las féminas.
Sería con la salida del iPhone cuando vendría el giro hacia las formas redondeadas y los colores en negro-piano, para acabar volviendo a la pantalla cuadrada y las funcionalidades 3G que presenta el último modelo de moda italiana.
Por tanto prototipos sobran; ideas rompedoras es lo que realmente faltan. Y es que todos estos iWatchs tienen algo en común que, posiblemente, sea el lastre que no les deja crecer hacia el concepto de dispositivo real: el reloj se parece demasiado a un iPhone o un iPod pero con correa, y para ser un dispositivo killer debería nacer con su propia identidad, algo que no hubiéramos visto antes.
Y desgraciadamente, parece difícil que el reloj biológico de Steve Jobs le de para impulsar algo que pueda detener el tiempo en su muñeca…así que nos quedaremos con lo único que sabemos seguro a día de hoy:
Con ustedes, el iWatch, tal y cómo lo conocemos en la actualidad.