Es una lata el trabajar.
Ya lo cantaba Luis Aguilé, y no le vamos a quitar la razón al hombre. Lo cierto es que en ocasiones está uno en el curro y es que no hay manera, por más que lo intente no se concentra, la faena se acumula, la falta de descanso se deja notar… y lo mejor es volver a los remedios tradicionales y echar una siesta. ¿Problema? Pues que nuestras sillas de oficina no están bien preparadas para estos menesteres tan necesarios. A no ser que te pidas la silla Anychair, que es capaz de colocar su respaldo en posición totalmente horizontal y extender unos reposapiés que permiten descansar a pierna suelta. ¿Deseas saber más?
Para no molestar a lo largo de la jornada laboral, los reposapiés permanecen replegados bajo el asiento, pero aguardando el momento de salir a cumplir su papel.
En sólo 30 segundos tu despacho puede pasar de ser un área de trabajo a una de descanso, y una merecida siesta te ayudará a reponer fuerzas y acometer con más brío el resto de tus responsabilidades.
Discretamente cuando no lo necesitas pero totalmente funcional cuando tus párpados necesitan cerrarse sobre tus ojos y tu mente evadirse entre sueños.
No olvides descolgar el teléfono y cerrar la puerta. Y más vale que no seas de los que ronca porque si no nadie se va a creer que estabas concentrado en terminar el informe trimestral.
Hay que ver qué poco cuesta que una silla nos alegre la tarde. ─Antonio Rentero [Akihabara News]