El malware, o software malicioso, en teléfonos móviles no es una novedad. Los primeros Nokia basados en la serie 60 con el sistema operativo Symbian ya sufrieron ataques de malware hace casi una década. Hoy, con terminales mucho más complejos, debería pensarse en que la amenaza es mayor, dado el crecimiento de ventas de smartphones y tabletas, tanto en entornos domésticos como empresariales. Son una gran tentación para los ciberdelincuentes. Sin embargo, esta afirmación no es del todo exacta.
El problema de Android
Cisco asegura que el 99% de todo el malware existente para teléfonos móviles tiene como objetivo el sistema operativo Android
La gran fragmentación de versiones de este sistema operativo es uno de los principales problemas que afrontan fabricantes y expertos en seguridad. Más del 40% de los usuarios de Android aún utilizan terminales con las versiones anteriores a la 4.0, como Gingerbread (2.3), que contiene vunerabilidades de seguridad corregidas en otras actualizaciones más modernas. Muchos de los terminales no permiten su actualización permanente y en no pocas ocasiones estas dependen de la empresa de telecomunicaciones con quien el usuario contrató la línea y adquirió el aparato que, por desgracia, habitualmente olvida tener una política coherente de actualizaciones.
Un gran porcentaje del malware para Android se basa en troyanos que envían de forma automatizada SMS a teléfonos de tarificación adicional sin el consentimiento del usuario. En otros casos, se puede llegar a tomar el control del terminal para interceptar contraseñas de banca electrónica o redirigir al usuario a una tienda falsa de Google Play para descargar otras aplicaciones con malware.
La precaución del usuario como mejor barrera
Instalar aplicaciones desde fuera de las tiendas de aplicaciones oficiales es la forma más habitual de infección
Sin embargo, a pesar del crecimiento del malware, este está localizado en la mayor parte en apps instaladas fuera de las tiendas oficiales. Google Play cuenta con diferentes medidas de seguridad para identificar aplicaciones maliciosas que se den de alta en la tienda. Entre otras medidas, realiza un escaneo permanente de las apps disponibles.
Instalar aplicaciones desde fuera de las tiendas oficialeses la forma más habitual de infección. En el caso del sistema operativo iOS, esto solo es posible si el usuario ha realizado antes un jailbreak de su dispositivo. En Android, se pueden instalar apps de otras fuentes diferentes a la tienda Google Play, lo que aumenta el riesgo. Como medida de seguridad, a partir de la versión 4.2 de Android, el sistema operativo permite a los usuarios escanear y verificar la aplicación antes de su instalación.
En este sentido, la mejor barrera ante los ataques es la precaución del usuario de no descargar software fuera de Google Play. No obstante, estas medidas no garantizan el 100% de seguridad. Además, los delincuentes utilizan algunas tácticas para saltar estas medidas, como subir a la tienda una app legítima, pero que muestra un faldón con publicidad, que al pulsar sobre él redirige a un sitio malicioso que infecta al usuario.
Ventajas de contar con un antivirus
No es necesario en principio disponer de un antivirus para los dispositivos que funcionen con el sistema operativo iOS
En Android, este tipo de herramientas pueden ser interesantes, no solo para detectar aplicaciones maliciosas, sino por el resto de características que ofrecen, como realizar copias de seguridad del teléfono, lo que permite su recuperación y restauración, junto con funciones antirrobo y de localización del terminal en caso de pérdida o sustracción.
Antes de instalar este tipo de software, hay que tener en cuenta que su desinstalación por lo general no es sencilla y que para características como el borrado remoto de datos es necesario dar control como 'superusuario' a la aplicación, es decir, que cedemos parte de nuestra soberanía. Por tanto, es muy importante saber elegir qué tipo de antivirus se instala.