Los avances tecnológicos han conducido a la economía a la recesión y diezmado para siempre la clase media. Además, cada vez más industrias se verán afectadas por estos cambios que alterarán los modelos de producción de arriba abajo y los retos que sus trabajadores habrán de enfrentar durante los próximos años pondrán en peligro su bienestar, su riqueza y sus puestos de trabajo . Esta es la polémica tesis que expone el escritor, informático y gurú Jaron Lanier en su último libro, Who Owns the Future? , que se publica esta misma semana en Estados Unidos.
“Aquí hay un ejemplo de lo que está ocurriendo. En la cumbre de su poder, la compañía fotográfica Kodak empleaba a más de 140.000 trabajadores y tenía un valor de más de 28.000 millones de dólares. Entonces inventaron la cámara digital”, explica Lanier en el preludio de su nuevo ensayo. “Hoy, Kodak se encuentra en bancarrota, y la nueva cara de la fotografía digital es Instagram”. Una compañía que, cuando fue vendida a Facebook por una cantidad exorbitada, apenas contaba con 13 personas entre sus filas . La pregunta que el autor se hace es dónde han ido esos miles de personas que han perdido su puesto de trabajo.
Médicos, enfermeras y abogados serán los siguientes en desaparecer Lanier, llamado en su día el “profeta de Silicon Valley” y uno de los creadores del concepto de realidad virtual, es conocido por su creciente desencanto tecnológico y su cautela ante los hipotéticos efectos positivos que los nuevos avances pueden tener en nuestras vidas diarias. Muchas de estas ideas ya se habían recogido en su trabajo previo, el súper ventas You Are Not a Gadget: A Manifesto , que defendía la tesis de que internet estaba acabando con las relaciones humanas, agarrotando la creatividad y transformando al ser humano para siempre. Ahora, el antiguo alumno del físico Richard Feynman traslada su pesimista análisis de lo individual a lo social, y asegura que los mecanismos que proporcionaban estabilidad a la clase media están siendo derribados.
La clase creativa se enfrenta a su final
El principal cambio en la sociedad se está originando debido a la evolución de la economía formal a la informal, asegura Lanier. En el pasado, las llamadas “clases creativas” producían bienes por los que recibían a cambio una retribución. No sólo un sueldo, sino también pensiones o protección social . Sin embargo, explica el escritor, la economía está entrando en ese sistema informal, basado en comunidades y en el intercambio de servicios, del que habló de manera optimista autores como Stewart Brand . Para Lanier, este nuevo modelo, que pone en peligro la estabilidad de los trabajadores, obedece al modelo de “las barriadas de los países en vías de desarrollo”. Esto tiene una consecuencia muy clara, y es que ahora “el ganador se lo lleva todo”. Si eres uno de los trece trabajadores de Instagram, has tenido suerte; y si no lo eres, seguramente estarás en el paro. Es lo que él mismo ha denominado en el pasado como “tecnopolio”.
Viviremos en el híperdesempleo, y con él, en una época de caos social y político “En lugar de hacer crecer nuestra economía global, el aumento delnetworking digital está enriqueciendo a un grupo relativamente pequeño de personas ”, explica en el libro. La riqueza se ha centralizado, y la mayor parte de trabajadores ahora se encuentran, como indica en una reciente entrevista realizada para Salon ,“luchando por cada comida” . Aquellos que la componen tienen de qué preocuparse cuando enferman, cuando tienen hijos y cuando ven que su edad de jubilación se acerca.
Gran parte de estas preocupaciones, reconoce el autor, han surgido después del nacimiento de su hija, que crecerá “en una sociedad hueca, que carece de clase media, en un mundo mucho menos cómodo del que habría deseado para ella ”, como aseguraba en una entrevista en The Guardian . Sin embargo, Lanier presenta este panorama como algo inevitable. En el libro afirma que “sólo podemos sobrevivir si destruimos la clase media de músicos, fotógrafos y periodistas”. Con ello, el autor lanza un aviso a navegantes: si ellos son los primeros, es probable que “médicos, enfermeras y abogados” los acompañen poco después.
El peculiar informático –exhibe con orgullo sus rastas, barbas y ropas hippies – alerta contra los peligros de la “información gratis” que internet ha contribuido a crear y que es “idealista y comprensiblemente popular”. Se trata de un sistema económicamente insostenible , ya que impide que los creadores de esos contenidos puedan dedicarse a ello. Toda la productividad, tarde o temprano, estará mediada por el software , por lo que tarde o temprano todos los sectores formarán parte de la llamada “información”. De las impresoras 3D a los camiones conducidos de manera automática, el modelo de la “información gratis” puede terminar trasladándose a todos los ámbitos de la labor humana.
El caos que se apoderará de la sociedad
Lanier no escatima adjetivos para describir este nuevo panorama que se abre ante nosotros. “Quizá la tecnología haga todas las necesidades vitales tan baratas que será virtualmente gratis poder vivir bien, y nadie se tendrá que preocupar por el dinero , el trabajo, las desigualdad sociales o los planes de jubilación. Pero dudo seriamente que este panorama se desarrolle”, explica uno de los grandes antiutópicos del mundo de la tecnología. Por el contrario, el también músico y artista visual considera que lo más probable es que entremos en un panorama de “híperdesempleo, y con él, en una época de caos social y político”. Nos adentramos en un escenario caótico, y ya que “los resultados del caos son impredecibles”, es mejor ser cautos ante él.
El actual modelo tecnológico es tan pernicioso como el comunismo o el capitalismo radicales Esto se refleja también en algunas de las decisiones que se han adoptado en el terreno tecnológico. En el momento actual, la población no es tratada como si fuese “lo suficientemente especial”, en términos del propio autor, sino que son meros engranajes de un sistema mucho mayor que ellos mismos. La respuesta que proporciona Lanier es “pagar a la gente por la información que se cosecha de ellos si esa información tiene algún valor”. Ya no se trata únicamente de contenidos, sino de la gran cantidad de datos que las compañías obtienen de los usuarios a partir de internet. Esta idea surge de uno de los grandes maestros del neoyorquino, Ted Nelson , creador del hipertexto, que defendía la necesidad de incorporar micropagos a cada uno de los procesos de enlace en la red.
Lanier asegura que el actual modelo tecnológico es tan pernicioso como el comunismo o el capitalismo radicales, ya que proporciona unas explicaciones sencillas sobre el mundo que pueden conducirnos a la debacle. “Deberíamos haber aprendido que esto sistemas tan simples y perfectos son ilusiones”. Quizá por eso, el autor reconoce que se siente más cerca de los libertarios que de las utopías socialistas .